Hay personas que nunca cambiarán y si les damos el gusto de que nos molesten, así será. Nos mantendrán irritados por el mayor tiempo posible y le daremos vuelta a lo que nos hicieron una y otra vez sin encontrar la manera de ponerle fin.
A veces nos enojamos porque alguien no respetó nuestros límites, pero habría que preguntarse primero si los sabía. Damos por sentado muchas cosas y la realidad es que hay que hacerlas ver antes de juzgar por qué hicieron esto o aquello.
Perdemos un tiempo valioso quejándonos sobre asuntos que el otro no quiere resolver o tal vez ni siquiera sabe por qué estas enojado.
La Biblia dice “Hagan todo lo posible por vivir en paz con todos”. Vale mucho más la paz que tengas en tu corazón, y podrás dedicarte a otro asunto con más tranquilidad. por Mery Bracho
Romanos 12:18