No puedes calmar la tormenta, deja de tratar. Lo que puedes hacer es calmarte a ti mismo, confiar en Dios y la tormenta pasará. Verás otra vez el sol brillar.
Hay momentos en que quisiéramos calmar la tormenta, luchamos para no pasar por ella, hacemos todo lo posible, pero a veces lo posible es precisamente confiar en que Dios te ayudará a pasar el momento y luego traerá la paz otra vez.
Tal vez no podemos evitar las tormentas pero podemos refugiarnos mientras pasa en el cuidado de Dios, dejar de preocuparnos por lo que vendrá y descansar. No durará por siempre, eso también pasará. Volverá a salir el arco iris, y verás que puedes salir adelante.
Mery Bracho