Deja de compararte con los demás, Tú eres un original. Consejos para no compararse con otros

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Deja de compararte con los demás, Tú eres un original. Consejos para no compararse con otros

No te compares con otros. La comparación hace daño

Deja de compararte con los demás, Tú eres un original sin copia, Dios no cometió errores al crearte y te creó único y especial para que te mantuvieras siendo así, especial en toda tu manera de ser.

No hay por qué compararse con otros porque hace daño, si te sientes superior está mal y si te sientes inferior que los otros también está mal, pero si te miras como Dios te mira con todas las capacidades, dones, talentos y debilidades que tienes y te comprendes y aún así te quieres vas por buen camino.

Cuando comenzamos a compararnos con otros nos quitamos el valor que Dios nos dio al crearnos con tanta dedicación y cuidado.

Actúa con todo tu propio potencial, sé tu mismo en la vida, tal como eres Dios te ama y quiere que seas útil a la humanidad.

No te compares ni con tu hermano, ni con tus padres, no con tus amigos, ni siquiera con tus enemigos pensando que eres mejor, Dios te bendice cuando aceptas que eres un original sin copia y así con todas tus singularidades tendrás tus vivencias. Sé feliz siendo Tú. 
Mery Bracho


Consejos para no compararse con los demás

Lee estos consejos para dejar de compararte con otros.

1. Reconoce que tienes ese problema de compararte con los demás.

Acepta que es cierto que te comparas con los demás. Podemos acostumbrarnos tanto al hecho de compararnos que no nos damos cuenta que estamos comparándonos con otra persona.

Cuando te sientas insatisfecho contigo mismo, cuando veas cualidades en otros que quisieras ver en ti, cuando sientas envidia o deseos de competir con tu compañero, está atento porque puede ser que estés cayendo en el hábito de compararte con esa persona.

Puede ser de mucha ayuda anotar los sentimientos cuando estás con alguno de los indicativos anteriores, fíjate qué emociones reflejas y anótalas, también está atento para identificar en qué circunstancias te encuentras cuando te sientes tentado a compararte con los demás.

2. Haz una autoevaluación e identifica lo que quieres cambiar de ti.


Gracias a Dios que tenemos la capacidad de pensar y razonar, podemos tomar un tiempo para reflexionar sobre lo que somos, es pensar en quien soy y qué he logrado. 

 También piensa en los momentos que te has sentido más feliz y quisieras repetir o lo que quisieras lograr en un futuro. Cuando lo analizas puedes buscar la manera de lograr ese objetivo futuro.


En este segundo consejo toma en cuenta que lo que decidas sea producto de tu propio análisis y de tus propios gustos y aspiraciones. 

Cuando somos pequeños con frecuencia nuestros padres nos repiten una y otra vez lo que ellos quisieran que fuésemos en un futuro pero se trata de ti y no de ellos. 

 En este punto, los padres tienden a decir que ojalá seas como fulanito, que hizo esto, o estudió esto o aquello.


3. No seas tan duro contigo mismo. Nadie en la vida es perfecto.


Cuando intentamos hacer algo nuevo, cuando tenemos un nuevo proyecto podemos equivocarnos, no siempre salen las cosas como esperamos, es normal que nos frustremos; por un momento imaginamos que a otro más afortunado no le pasó esto que te está pasando a ti. El fracaso es sólo un evento, el sentirse frustrado ya es diferente porque te limita para crecer.

No digas: Es que yo no sirvo para esto. Puedes seguir adelante y superar tus errores, puedes aprender y ser mejor si de verdad tienes habilidad para eso que quieres. La práctica hace al sabio. Tu disposición es valiosa cuando está enfocada en aprender y no rendirse.

Acepta que cometerás errores, y que Dios te ama tal como eres. Te hizo con fortalezas y con debilidades, y cuando le das gracias por todo puedes empezar a sentirte mejor. 

Habrá cosas que tal vez no están dentro de tus fortalezas y necesitas enfocarte en aquello que te guste, donde tengas capacidades para hacerlo y donde tengas victorias para que te anime a seguir.

Mira también: Perdónate a ti mismo.


4. Fíjate también en las debilidades de aquel con quien te comparas.


Si bien te gustan las fortalezas de alguien, todos tenemos debilidades. Esa persona no es perfecta aunque tú admires su trabajo o su forma de ser. 

Cuando pones a la otra persona en la perspectiva correcta ya te das cuenta que no tienes por que pensar en ser perfecta como aparenta ser.

No te desvalorices, Dios te hizo original y con tus habilidades. Ninguna persona puede ser tu medida de comparación, nadie está exento de cometer errores en algún aspecto de su vida.

No trates de superar a esa persona haciendo más que ella. Supérate a ti mismo.


5. Está atento cómo miras a los demás en las redes sociales


Cuando vemos las redes sociales pareciera que nuestros amigos nunca tuvieran un problema, que se lo pasan viajando y disfrutando la vida mientras que nos vemos a nosotros mismos miserables trabajando sin descanso o aburridos en casa, sin nada divertido que hacer.

El compararte con los amigos de tus redes sociales influirá en tu propia autoestima de una forma negativa.

Particularmente cuando era jovencita miraba a los norteamericanos como superiores a mí, un día decidí cambiar el enfoque y me los imaginé haciendo lo mismo que hacemos todos en el baño, ellos también lo hacen, en realidad eso bastó para que mi perspectiva cambiara, los imaginé también sucios, malolientes y no solo los imaginé, tuve la oportunidad de compartir con algunos que ciertamente necesitaban un baño. 

 Me di cuenta, que en realidad son personas comunes y corrientes que hablan un idioma diferente al mío.

Para terminar con este punto, quisiera sugerir que cuando veamos a los amigos de las redes sociales, facebook, instagram u otra red, los veamos desde una perspectiva de agradecimiento. Si ves que tienen un auto nuevo, han viajado, tienen una nueva casa o un nuevo empleo agradece a Dios por lo que le ha dado.


6. Puedes buscar ayuda profesional.

Un profesional te puede ayudar a cambiar este hábito de la comparación con otros. 

 Tal vez hará un análisis de tu historia familiar y tratará de llevarte a encontrar la raíz de tu problema. 

 Este psicoterapeuta te va a ayudar a enfrentar esta debilidad que tienes y a superarla. Dios te ayude en todo este proceso.