La paz que Dios te da no es simple serenidad
es calma en medio de los problemas,
las pruebas y los retos de la vida.
La que Dios te da nadie más te la dará,
nunca la encontrarás estando con una persona,
o en un lugar específico
porque la paz es serenidad en tu propio corazón.
El mundo te ofrece espejismos de paz
que en realidad no es verdadera,
busca a Dios y encontrarás
una paz que no tiene comparación.