Perdonar no significa
aceptar la conducta que fue en tu contra.
Perdona por el bien de ti mismo,
para soltar y seguir adelante en la vida.
Perdona para tener paz en tu corazón,
para no vivir más esclavo de la amargura,
el enojo y el resentimiento.
Perdona para liberarte de esa carga
que se vuelve insoportable en ocasiones.
Perdona porque Jesús te perdonó
Perdona porque Jesús te perdonó
porque nos manda a perdonar aún
a aquellos que creemos que no lo merecen.